Artículo de opinión: UN DÍA DE LA JUVENTUD, DENTRO DEL AÑO DE LA JUVENTUD

Nuestras vidas han cambiado drásticamente desde el primer trimestre de 2020. Llevamos ya demasiado tiempo soportando una convivencia forzada con el dichoso virus, aguantando los envites de las olas pandémicas y todas sus consecuencias (sanitarias, sociales y económicas).

La crisis de la COVID-19 nos deja innumerables malas noticias y terribles consecuencias sociales y económicas, pero una vez más se ha cebado especialmente con la gente joven hasta el punto de que la única forma que tenemos de poder definir a la juventud es siempre con las mismas palabras: paro, precariedad, falta de oportunidades y no-emancipación.

Y si esto no es un drama… que alguien me explique qué lo es. Una juventud sin futuro nos aboca a un país sin futuro. La deuda social de España y Navarra con la juventud es histórica que, por desgracia, cada día se hace más y más grande.

La gente joven queremos dejar de ser las y los paganos de todas las crisis, queremos dejar de ser la última prioridad y queremos dejar atrás tanta desigualdad. Pero también queremos trabajar dignamente, formarnos y poder tener garantizado un futuro digno en nuestra casa, en Navarra. Como diría aquel en su famoso poema: queremos pan, pero también rosas.

No queremos, no nos merecemos ser los culpables, los antipáticos e inconscientes propagadores del coronavirus. Somos mucho más. Hemos portado con ganas y convencimiento la pancarta social de la igualdad de género, el respeto al medio ambiente, la libertad sexual o los derechos laborales. No nos tembló el pulso al formar una impresionante red solidaria y joven para ayudar a quiénes peor lo tienen en la pandemia.

No todo pueden ser lamentaciones. El Gobierno de Navarra aprobó a finales de junio un Plan de Empleo que tiene como eje central a la juventud. Una apuesta clara y firme en la recuperación económica de la juventud. Y esto es siempre una buena noticia.

Este Plan de Empleo recoge una hoja de ruta basada en: más formación, más empleo y mejor calidad para ambas cosas y como ejemplo, recoge el plan, una apuesta clara por impulsar primeras experiencias laborales o ayudas para el rejuvenecimiento de las plantillas de las empresas, formaciones específicas para los sectores más damnificados por la crisis… y así hasta más de 50 medidas específicas de juventud.

Además de esto, el Plan Recuperar Navarra del Gobierno de Navarra y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, como herramientas de gestión de los Fondos Europeos Next Generation son también una apuesta clara y firme por la juventud como eje de transformación de nuestro sistema productivo.

Este 12 de agosto no podemos hablar del Día Internacional de la Juventud, sino que tenemos que hablar del Año de la Juventud. 2021 tiene que servir como lanzadera de la recuperación juvenil, porque solo apostando por la juventud conseguiremos salir de esta nueva crisis.

Navarra y España están muy bien posicionadas para frenar el avance de las crisis juveniles y comenzar a doblegar la curva de la desigualdad, pero para ello hace falta una apuesta firme, clara, decidida y real por las y los jóvenes.

Nunca ha sido un secreto y seguro que yo no desvelo nada, pero lo único que hoy podemos tener claro es que sin juventud no habrá futuro, ni prosperidad para nadie.

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